Cacofonías que ponen los pelos de punta, fotografías con elementos más que dudosos, historias retorcidas que quitan el sueño… Una de las creencias más extendidas de la cultura popular ha sido siempre la existencia de lo sobrenatural. Con la celebración de Halloween, en la víspera del Día de Todos los Santos, se reaviva el runrún de mitos, leyendas o casas encantadas, embrujadas, infestadas, endemoniadas o como se les quiera llamar.
El caso es que todas las casas encantadas llevan asociadas coletillas como: «Lleva años abandonada»; «Nadie se atreve a comprarla»; «No han vuelto a habitarla desde que pasó aquello»; «El antiguo propietario se volvió loco»; «Alguien murió o mató, o las dos cosas, entre sus muros»; «Por la noche se oyen ruidos»; «Las luces se encienden solas»… Nadie en su sano juicio se internaría en ese engendro de casa por propia voluntad… ¿o sí?
La construcción que os voy a mostrar es una de esas que dan mal rollo, donde a nadie le gustaría vivir salvo que sea un friki de lo paranormal y no tema por su vida o su estado mental. Como todo este tipo de casas también tiene su historia y es que esta mansión fue propiedad de una familia de prósperos comerciantes. Según cuenta la leyenda, Catalina, una muchacha hermosa y dulce, a la que le encantaba la música, tanto bailar como tocar el piano, es obligada por su padre a casarse con un hombre de buena posición con el fin de ampliar su emporio comercial, pero este hombre era mucho mayor que la joven. El día en que se había de celebrar el matrimonio, Catalina, desesperada al ser ignorada por su padre en sus lamentos y su negativa a casarse con ese hombre desconocido y no querido, decide acabar con su vida arrojándose al pozo que había en el jardín. Dado que se trataba de un suicidio, la religión de la época negó a la familia dar a su hija una sepultura digna, por lo que esta fue enterrada en el jardín y se erigió una estatua para rememorarla.
Hundidos en la tristeza y señalados por la población local, los padres de Catalina deciden abandonar la casa y trasladarse a otra ciudad, donde mandaron construir otra casa. Sin embargo, el espíritu atormentado de Catalina parece que se negó a marcharse. Algunos años después la casa es vendida y los nuevos dueños llevan a cabo trabajos de restauración en la casa con objeto de acomodarla a sus necesidades y ponerla a su gusto. Pero durante las obras, varios trabajadores comienzan a relatar fenómenos inexplicables… vasos que explotan, cambios drásticos de temperatura, pasos en habitaciones cerradas y en todo momento se sienten acompañados, observados e incluso tocados pero, al girar la cabeza, ven que no hay nadie a su alrededor. En lo que muchos coinciden es en la visión de una joven en momentos en los que no debería haber nadie.
Los que se han atrevido a pasar de noche cerca de la casa también han relatado que se puede escuchar el sonido del piano y como si en el salón se estuviera celebrando una fiesta en ese momento cuando el edificio está vacío, ¿una boda?
Es una casa de estilo Victoriano situada en Forgotten Hollow, pero la podéis colocar donde más os guste.
En la planta baja hay un gran salón con un piano, la cocina, el comedor y un pequeño cuarto de baño.
En la primera planta está el distribuidor, una habitación secreta que conduce a la segunda planta, dos dormitorios: el de un hijo y el principal y dos cuartos de baño.
En la segunda planta se puede encontrar un despacho.
También tiene su correspondiente zona exterior con un pozo, una fuente y un jardín completamente abandonado y moribundo.